El Cipotegato es la tradición de Tarazona y tiene lugar cada año entre el 27 de agosto y el 1 de septiembre. Las fiestas, en honor al patrón San Atilano, fueron declaradas de interés regional en 1998 y de interés nacional en 2009. Es un mítico personaje turasionense encapuchado y disfrazado de arlequín con los colores amarillo, rojo y verde. Antes del mediodia, irrumpe en la plaza a través de un pasillo abierto entre la multitud por amigos y antiguos Cipotegatos. Atravesando la plaza, es perseguido por la muchedumbre que le arroja tomates. Si sale triunfante, será subido a la escultura erigida en su honor en la misma plaza. El Cipotegato es elegido anualmente en un sorteo realizado entre los jóvenes de la población.
"Antiguamente, en Tarazona había una cárcel. Una vez al año, en fiestas, se daba la oportunidad a un preso de ser libre. Se le daba un palo con una cadena que acababa en una bola, (tal como el que lleva el Cipotegato actualmente), y se le decía que si era capaz de salir del pueblo era libre. Entonces se le soltaba en medio de la plaza del ayuntamiento. Lo que él no sabia es que le esperaba todo el pueblo con piedras en las manos."
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